Despacho juridico de abogados - evitar al extradiciòn
Si está usted buscando información para encontrar el abogado idóneo para defender la postura de oposición a la extradición, ha puesto los ojos en el lugar indicado. A través de nuestro contacto que se ofrece seguidamente, podrá adquirir asistencia letrada especializada en extradición internacional.
Los casos en que la persona reclamada consiente voluntariamente en ser extraditado, o que ello le es aconsejado por su representante legal, son siempre los de menor porcentaje. La regla, por lo general, es oponerse a la extradición.
Véalo así: Para un sujeto que ha delinquido en su propio país, o en un país extranjero, y que se ha trasladado a otro a modo de refugio, o de mecanismo para escapar de la justicia, normalmente no le resulta nada agradable der detenido a instancias del Estado del que huye, y ser reclamado por extradición. Normalmente la gente no se toma la molestia de buscar a donde fugarse, para luego regresar voluntariamente y entregarse.
Téngase en cuenta que las personas que tiene la realización de actividades criminales como medio de vida, a sabiendas de que están en constante riesgo de ser alcanzados por la mano de la justicia, suelen estar preparados para una eventual escapada, informándose previamente sobre los países que no tienen tratado de extradición con aquel donde delinquieron. Esto da la medida de que no existe intensión de regresar a ser juzgado, al menos no por su propia voluntad.
Para que resulte aconsejable acceder a ser extraditado tendría que tratarse de situaciones en las que, en el país donde se halla la persona buscada, definitivamente no va a quedar impune, y someterse al sistema judicial de tal país resultase peor, tal vez porque en el mismo se sanciona el mismo delito mucho más severamente que en aquel, o porque el cumplimiento de una condena, visto el sistema penitenciario imperante, seria harto perjudicial.
Recurra a nosotros y le proporcionaremos un abogado agudamente preparado para presentar una fuerte oposición a la reclamación de extradición, basado en fundamentos legales contundentes, y anteponiendo siempre el interés del reclamado.
Oponerse a la extradición no solo puede hacerse, sino que es enteramente posible alcanzar un resultado exitoso. Téngase en cuenta que todos los ordenamientos jurídicos contemplan causales para denegar la extradición, y que, aun cuando exista tratado o convenio bilateral al respecto, estos documentos, aunque vinculantes, establecen una obligatoriedad en principio, pero no absoluta. La decisión última pertenece, en todos los casos, en manos del Estado requerido.
Por muy comprometido que se encuentre el país en cuestión con la cooperación internacional en el tópico penal, nunca se renuncia por completo a la autonomía de tomar una decisión sobre acceder o denegar un pedido de extradición.
Para articular una defensa vigorosa dirigida a lograr el rechazo de la solicitud de extradición, se necesita conocer bien el trabajo con esta institución jurídica, ser un excelente penalista, dominar el desempeño en el campo del Derecho Internacional, conocer la legislación vigente al respecto de la extradición en el país de que se trate, estar empapado de las cláusulas contenidas en los tratados sobre extradición existentes, y los fundamentos en que se apoya cada Estado para incluir dichos postulados.
Se precisa además ser un conocedor de los procesos de extradición tramitados previamente entre los países involucrados, y especialmente, por el país requerido y otros, a los efectos de apreciar el panorama amplio de las posiciones que el mismo suele adoptar, según los casos, y las similitudes y diferencias entre ellos.
Estas, y otras más, son habilidades que le permiten al jurista construir una estrategia de oposición a la extradición con grandes posibilidades de triunfo.
Estar actualizado en cuanto a la legalidad y a la situación política del Estado requirente es también una herramienta para no desdeñar, lo que brinda la posibilidad de detectar cualquier relación que pueda tener la solicitud de extradición con actividades políticas, o mecanismos de esta naturaleza que conllevan a la persecución de la persona reclamada. Son este tipo de elementos seguros indicadores de una victoria contra la extradición.
Un buen abogado penalista entendido en extradiciones sabrá distinguir el momento oportuno y el escenario propicio para interponer una solicitud de asilo, protección que, si es alcanzada, excluye toda posibilidad de extradición.
No puede faltar, para ejercer una defensa del reo en pro de la denegación de la extradición, el dominio de los documentos internacionales sobre derechos humanos, los países que han firmado y ratificado los mismos, y los postulados que se refrendan.
Los derechos y las garantías alzadas por la comunidad internacional en relación con los presos, y las personas sometidas a procesos penales en general, son de obligatorio cumplimiento, y tiene un carácter de norma general, que alcanza a todas y cada una de las fases del enjuiciamiento criminal, y todos los sistemas. Así mismo, la jerarquía jurisdiccional, en virtud de la cual, nadie puede ser entregado por extradición a un país que pretende adjudicarse el enjuiciamiento, cuando se trata de delitos que son competencia de tribunales de excepción.
La extradición es una de las joyas del derecho penal, en tanto es una institución que toca muy de cerca otras ramas del derecho y que se mueve dentro del área de las relaciones internacionales. El Derecho y la política se relacionan siempre, pero en la extradición se alcanza el punto máximo de expresión de esta estrecha vinculación.